A mi ciudad, Juan Lacaze, prefiero
llamarla mi pueblo, porque la siento mucho más cercana, porque
entiendo que es precisamente el sentimiento colectivo lo que la hace
pueblo.
Hace un rato escuchaba una de las
canciones que más me gustaba en mi adolescencia, aquella del grupo
Hojas, “mi ciudad a través de la ventana”, y recordando su
estribillo, que hablaba de la gente, que se olvida de la gente, que
cada uno está en su mundo, indiferente a los demás, pensé: “qué
paradójico, lo que está sucediendo en mi ciudad desde que se
comenzó a hablar del regreso de HOLEM”. Nuestra gente empezó a
acordarse, a importarse, a conocerse, a comunicarse.
Hoy la tecnologia nos permite
mantenernos “a la distancia de un click”, enlazar nuestras vidas
con otras, remover recuerdos, compartir pensamientos, novedades,
sentimientos. Y es gracias a esa tecnologia que, como tantas otras
personas, me he reencontrado con mi gente, familia, algunos amigos,
algunos apenas conocidos, con quienes ahora hemos generado lazos y
comunicación frecuente. Y me he sentido cerca, gracias a ese
click de distancia y a la voluntad de querer estarlo.
Como dicen, hay un tiempo para cada
cosa,:tiempo de andar, tiempo de deshacer lo andado, y tiempo de
volver a andar. Y es esta voluntad, este deseo de concretar el
regreso de HOLEM una de las cosas buenas que le ha sucedido a mi
gente en los últimos meses. Y se nota; en lo que se habla, en lo que
se canta, en lo que se oye y en lo que se escribe. Se nota en lo que
se comparte y en lo que se siente.
Ya no le encuentro el mismo significado
a esa canción de Hojas. En mi ciudad, pareciera que la gente estaba
esperando una excusa, un motivo para demostrar que no es indiferente,
que se importa, que aunque estemos lejos tenemos mucho en común, y
sobre todo, que queremos recordar juntos, y volver a vivir lo que nos
hizo felices.
Y qué bueno es haber encontrado ese
motivo, qué bueno es este camino en tiempos de volver a andar, y ver
que se van sumando tantos. Pronto tendremos algo más para celebrar.
En mi ciudad, la gente no se olvida de la gente. Y eso me encanta.
P. G. (junio 2012)